Una guía para el reciclaje de circuito cerrado

Cada año se utilizan en el mundo la asombrosa cifra de 1,4 billones de latas y botellas, pero solo el 9 % de estas se reciclan. El 14 % se incineran y una mayor parte de las botellas y latas de plástico del mundo van a parar a nuestros océanos, calles y vertederos.

Empty bottles in circle

La mayoría de los consumidores ven las botellas y latas de plástico como artículos de un solo uso, pero cuando se tiran a la basura, su viaje no termina ahí. Los envases pueden tardar más de 450 años en degradarse.

Afortunadamente, cuidar de nuestro planeta y proteger el medio ambiente de cara a las generaciones futuras es una prioridad cada vez mayor para los líderes mundiales. Los gobiernos, las empresas y los consumidores se están esforzando cada vez más para encontrar maneras más eficientes de utilizar los recursos, evitar la contaminación y la basura, y estimular el crecimiento de la economía verde, todo ello a través del reciclaje de circuito cerrado.

 

¿Qué es el reciclaje de circuito cerrado?

El reciclaje de circuito cerrado es el proceso que garantiza que ciertos productos se recojan, reciclen y conviertan en el mismo producto.

Cuando hablamos de envases de bebidas, el reciclaje en circuito cerrado garantiza que los materiales valiosos, como el plástico, el aluminio y el vidrio, se reciclen continuamente en botellas y latas, en lugar de acabar en vertederos, basuras o infrarreciclarlos para convertirlos en materiales de menor calidad. 

Esta forma de reinventar el reciclaje se aplica mejor a través de las máquinas de vending inverso, donde los envases se devuelven en el maco de un sistema de depósito, devolución y retorno incentivado. Alrededor de 40 mercados de todo el mundo ya han adoptado sistemas de depósito, devolución y retorno, y experimentan tasas de devolución de hasta el 98 %.

 

¿Cómo funciona el reciclaje de circuito cerrado?

Cuando recogemos materiales reciclables, los transformamos en un nuevo producto y los volvemos a poner en circulación para los consumidores, estamos formando un «circuito» de reciclaje. A pesar de parecer un artículo de un solo uso, una botella de plástico desechada se puede descomponer y procesar de nuevo en el mismo tipo de botella de plástico, lo que significa que no se acaba infrarreciclando ni tirando. Así se evita extraer recursos nuevos para fabricar una nueva botella.

El reciclaje de circuito cerrado va más allá de la simple reutilización de los recursos y la protección del medio ambiente. También permite que el material de alta calidad permanezca en circulación y garantiza la existencia de una demanda de ese material. 

 

¿Cuál es el impacto del «downcycling»?

El «downcycling» o infrarreciclaje es la práctica habitual del reciclaje de un material para crear un producto nuevo con una calidad y una función inferiores a las de su aplicación original, lo que significa que el material no se puede volver a reciclar. Aunque es una manera de volver a utilizar los plásticos, no es un método especialmente sostenible, ya que el producto reciclado suele alcanzar el final de su vida útil en ese estado debido a su calidad inferior. 

Es mucho más beneficioso y sostenible que los envases de plástico se utilicen para la producción de nuevos envases de plástico, lo que ayuda a reducir la cantidad de material de menor calidad que se pone en circulación y la dependencia de las materias primas.

 

¿Cómo permite el vending inverso el reciclaje de circuito cerrado?

Las máquinas de vending inverso son clave para permitir el reciclaje de circuito cerrado, ya que hacen que el proceso sea sencillo y accesible. Los consumidores solo tienen que devolver sus envases a una máquina de vending inverso y la tecnología de sensores automatizada recoge, clasifica y manipula los envases usados para su reciclaje o reutilización.

El uso de las máquinas de vending inverso evita que los envases de bebidas caigan en el flujo de residuos domésticos generales, lo que garantiza que no estén expuestos a contaminantes como vidrio roto, alimentos o tinta de periódico. Esta separación mantiene el material del envase puro y garantiza una calidad lo suficientemente alta como para utilizarlo una y otra vez en la producción de nuevas botellas y latas.

 

Los beneficios del reciclaje de circuito cerrado

El enfoque circular del reciclaje del plástico y los envases tiene muchos beneficios. No solo es la forma más sostenible de fabricar nuevas botellas y latas, sino que también garantiza la longevidad de nuestros recursos naturales, conservándolos para minimizar nuestro impacto en el planeta.

Reduce el número de envases que terminan en vertederos, que llenan de basura nuestras calles y contaminan nuestros océanos. El reciclaje de circuito cerrado, que se consigue mediante el uso de máquinas de vending inverso, puede aumentar considerablemente las tasas de reciclaje de los consumidores.

También genera trabajos «verdes», lo cual se traduce en una mejora de la economía de la sostenibilidad y, en última instancia, una mayor concienciación sobre los beneficios del reciclaje y de lo necesario que es. El reciclaje de circuito cerrado tiene el potencial de crear puestos de trabajo a escala mundial en los próximos años, si todos nos comprometemos a crear un entorno que fomente el reciclaje.

 

La visión de TOMRA de un circuito de reciclaje «limpio»

TOMRA lleva más de 45 años a la vanguardia de la tecnología del reciclaje y lidera la revolución de los recursos. Somos pioneros en el reciclaje de circuito limpio, el proceso más eficiente y eficaz para el reciclaje de envases de bebidas en el mundo. Los envases de bebidas reciclados a través de un sistema de devolución de depósitos se recogen y clasifican en máquinas de vending inverso, lo que elimina el riesgo de contaminación por otros tipos de residuos. Esto significa que los envases pueden mantener su calidad alimentaria y reciclarse en nuevos envases de bebidas, en un ciclo interminable de uso y reutilización, reduciendo la necesidad de extraer más recursos naturales de nuestro medio ambiente y evitando que los residuos acaben en nuestros océanos. 

En pocas palabras, cuanto más reciclamos, menos recursos extraemos de nuestro planeta.